No existe. Bueno sí existe, pero no de la manera que existen otros sitios como Madrid, Barcelona, Buenos Aires, Praga o, etc. El Tanque es una micro realidad que compone a la realidad en sí misma. El tiempo se detuvo en El Tanque hace muchos años, ya no se ni cuántos. Estilo arquitectónico: "Indianos con money". Moles de casas con inmensos "salones" en la primera planta para guardar el coche y las papas. "Salones" con cocinas, sofás, televisores. La vida se termina haciendo allí. Después escaleritas, escaleritas y un segundo piso con una vivienda perfecta con muebles para decorar, que pasarán a ser viejos sin haber sido usados. Escaleritas y más escaleritas y en la azotea gigante el cuartito pa lavar, en el que tal vez hay otra cocina pa' freír pescado.
No hablemos, por favor, de hablar.
La niebla se condensa en un invierno que es más largo que el real. Sus habitantes lo compensan con trabajo. Eso se profesa con orgullo. Lugar de principios, bodas, bautizos, comuniones, días de todos los santos del santoral, de tradiciones firmes e inmutables. Y lo que todo lo que acabo de mencionar conlleva. O te adaptas o estas perdido, las cosas o se hacen así o estarán mal hechas.
Yo también existo dentro de esa micro realidad. La maldición del que viaja, que al final no es de ningún sitio.
Existir |