domingo, 1 de febrero de 2015

Conmigo misma

Una casa pequeña, en la montaña, de difícil acceso, con una gran cristalera por donde entra el sol desde que sale hasta que se pone, todas las horas de luz inundan la habitación, a través del cristal un gran paisaje del bosque de pinos. Hay calefacción y el ambiente es muy cálido. Pocos muebles, pocas cosas. No hay televisión, pero si un equipo de música maravilloso. Internet se restringe a dos horas al día.

En esa casita vivo yo. Llevo puesto un pantalón comodísimo y una camisa ancha de hombre. Me estoy fumando un porrito sentada en el suelo mirando hacia afuera con una taza de café. De fondo suena "Man of Mistery" de The Shadows. Nadie me llama, nadie espera por mi, no tengo nada pendiente, solo tengo que estar allí. Y tengo un montón de materiales y espacio suficiente para trabajar. Escribo, dibujo, pinto, esculpo, fluyo. Y estoy en calma. Si quiero hago lo que quiero, y si no quiero no lo hago. Me escucho, en plan New age.

Pues ahora imagínense todo lo contario, todo lleno de anuncios, de información basura, de conversaciones vacías. Pensamientos parásito.

Tempus mutatio.

Yo confieso



Y si se me cruza el cable hacer cosas como esta.
Foto vía: @missmoss