sábado, 7 de mayo de 2016

La verdadera intención de mi nueva foto de facebook

Tengo un álbum de "selfies horribles" que me saco con el móvil. Si una mañana, tarde, o noche me miro al espejo y parezco un coco, o simplemente me siento fea, me saco una foto. Me gusta saber cómo soy en los peores momentos. Los resultados son escalofriantes, puedo llegar a ser muy fea, en algunas imágenes parece que tengo veinte, o treinta años más.  

     No es el caso de mi nueva foto del facebook, la nueva foto que subí es un caballo ganador. Una excelente composición en una localización incomparable, donde los colores del paisaje hacen contraste con mi look sofisticado pero cutre. Un amigo me dijo cómo tenía que ponerme para salir bien en la foto. Le puso un filtro de belleza y sacó ciento, cincuenta, mil, hasta que obtuvo la que estoy comentando. En medio del plano aparezco yo, con los hombros hacia atrás, apretando el abdomen y mirando al horizonte, sonriendo, peinada a la francesa, todo muy casual.

     Tardé una semana en subirla a mi perfil, no me atrevía. Es que estoy todo el día criticando a la gente que sube fotos en las que ya se sabe que está guapo/a, sólo pa´ cosechar "likes". Le di mil vueltas al asunto para que fuera un "no, no es mi intención enseñarle a todo el mundo lo en forma que puedo llegar a estar", y pareciese algo divertido.

     Un colega me sugirió el título, que le agregó ingenio a la vaina: "Si yo fuese el mar y tu una roca, haría subir la marea para besar tu boca".

     Lo peor de todo es creer que uno no es tonto, y ser retrasado profundo, 



Por la boca muere el pez

jueves, 10 de marzo de 2016

Los Colores

Naranja, coral, magenta, rosa fuerte, rosa medio, rosa suave. Gama de cálidos, pero no rojo, ni amarillo. Hazme caso, tenlo en cuenta a la hora de elegir tu camiseta, por lo menos durante quince días.
No tengo ropa de ese color en mi armario. No me puedo pasar quince días vistiendo con las mismas tres camisetas y me niego rotundamente a comprare ropa nueva, joder.
¿Si tuvieras una infección no comprarías antibióticos?
Pues esto es lo mismo, terapia con colores. Además tienes que comer una zanahoria cada día, y melocotones, y naranjas, y mandarinas, y fresas. No te pases con el tomate...

¿Por qué señor? ¿Por qué me creo todas estas cosas y estoy durante quince días con las mismas tres camisetas?



Colores recomendados e intrusos

domingo, 14 de febrero de 2016

Oscuras y sucias gafas de carnaval

Carnaval y alcohol, música y baile, todo el mundo apretujado. Gatos bailando con perros, osos polares con orcas, jirafas con leones. Nicolás Maduro al otro lado de la barra junto a Maléfica y  una chica del espacio que le pasa el porro a uno que va vestido de Camarón. La atmósfera del carnaval en el epicentro de los kioskitos es densa. Sigan Bailando, sigan bailando, sigan bailando, sigan bailando, sigan bailando; ¡qué sigan bailando!

Yo me escondo tras unas oscuras y sucias gafas que cada vez que me agacho a servirme una copa caen al suelo. Siempre me las vuelvo a colocar, consciente de que no veo nada con ellas puestas, ¡keep in the look!

La verdad es que me las dejo porque son las gafas de la invisibilidad, cuando me las pongo cambio de dimensión y me vuelvo trasparente. En ése estado todo es mucho más plástico, graciosito, vacilón.

La situación tiene tonos cálidos, nos desplazamos levitando, casi sin rozar el suelo. Y yo con las oscuras y sucias gafas puestas, mi vista echando horas extras. Como estaba tan borracha y no me daba cuenta, el cerebro, que es listísimo, me envió la señal de "stop glasses" en forma de dolor de cabeza, de los heavy metal, de los que parece que otras personas invisibles están jugando a fútbol con tu cabeza como balón.

Fui baja mucho antes de lo que el enrale me pedía, y me alejé de la loca burbuja del carnaval empezando a sentir nostalgia desde el primer paso que me distanciaba de la fiesta.

La clave está en no comer. Si comes se acabó.



¿Qué pasó Gat Guoman?

domingo, 17 de enero de 2016

La película favorita de mi hermano

A mi hermano mayor, de pequeño, le encantaban las películas de artes marciales. Una vez vimos todos juntos Karate Kid sentados en la cama de la habitación de mis padres cuando vivíamos en "La casa de La Capona". Mi hermano menor y yo sabíamos  lo que vendría luego: Al finalizar la peli, el mayor subiría a la azotea, se quitaría la camiseta y empezaría a entrenar llaves, golpeando el aire con su crazy arte marcial. Lo hacía siempre después de una de Jean Claude Van Dame, o Bruce Lee

     Se acaba Karate Kid, le hago una seña con la mano a mi hermano menor para que se calme y le de tiempo y espacio. El mayor sale de la habitación, pasa por su cuarto, recoge algunas cosas y se dirige a la azotea. Lo seguimos de puntillas sin hacer el menor ruido y nos ponemos a espiarlo desde la escalera.

     El nuevo Karate Kid del Tanque inicia su ritual: se quita la camiseta e inspira, para este ejercicio tomó del cajón dos cinturones de hebilla metálica que le servirían para ejercitar sus muñecas y precisión, haciéndolos girar a toda mecha. Sucedió lo inesperado: el nuevo Karate Kid en una milésima de segundo perdió la concentración y se dio un cintarazo en la espalda de padre y señor mío.

     Los espías rompimos a reír a carcajadas, descubriendo nuestra presencia ante el joven karateka, que al sentirse descubierto salió corriendo tras nosotros para descargar sobre nuestros cuerpos toda la impotencia de haber fallado el ejercicio. Nos metió una felpa...

     Y me dolió, y fijo que lloré, pero me da igual, los recuerdos fantásticos para toda la vida tienen  un precio.

     Hoy en día, él dice que esto que cuento nunca ocurrió, y no es karateca, es músico que es algo mucho más bonito.





miércoles, 6 de enero de 2016

La langosta


Demasiado, demasiada

determinante/pronombre indefinido
  1. Indica una cantidad, número, intensidad o grado mayor del necesario, del que se esperaba o del que se considera conveniente.
  2. adverbio (demasiadoIndica que la acción denotada por el verbo se produce en una intensidad o grado mayor del necesario, del que se esperaba o del que se considera conveniente.

   Pues eso, vuelven los días normales; por fin. Vuelven los días aburridos, sin muchos planes, sin tantas luces, sin tanto rojo y dorado por ahí. Todo volverá a su estado natural y yo lo agradezco. Los días normales, en general, tienen una luz más interesante y especial,  también me gustan sus sombras. Se acaba el exceso de los excesos: adiós al turrón, al jamón, al gambón, al polvorón..., al móvil pitando sin cesar recibiendo mensajes con imágenes de chistes sobre kilos de más, centímetros de más, buenos sentimientos de más. Fin a la alta disponibilidad.

   Los días normales son más sostenibles, tanto para el medio ambiente como para el ser humano. No sería sostenible vivir todo el año como en esta temporada que acabamos de pasar, las consecuencias se pagan: cuentas bancarias seriamente mermadas, cuerpos sometidos a estrictas dietas castigo para volver al peso ideal, y colas: colas para cambiar, o devolver, todo aquello que se compra haciendo cola.

   A pesar de todo, sería demasiado decir que todo ha sido malo,


...

miércoles, 1 de julio de 2015

La fortuna de no ser guapo

Los que no somos objetivamente guapos somos muy afortunados, porque desarrollamos muchísimas habilidades más que el grupo de los bellos. Puede que en la selección natural, los menos guapos, lo tengamos un poquito más complicado, porque en cuanto a reproducción respecta, los guapos con ser guapos tienen. Esa dificultad es algo que agradezco.

  Los feos para atraer y ser elegidos tenemos que desarrollar otras facultades: empatía y simpatía, chispa e ingenio. Claro, los billetes también cuentan. Y es que, cuando  comienza el ritual previo al apareamiento, tienes que tener más ases guardados bajo la manga que el rival bello. Hay que trabajar los gestos y cultivar la cabeza,  y considero que son mucho más interesantes los previos al apareamiento. 

   También los hay, cierto es que pocos son los ejemplares, que son un compendio de todo lo bueno, y esos siempre ganan.


Compendio de todo lo bueno, a la prueba me remito